Cuando Chris Avellone anunció Dying Light 2 en el escenario del E3 el año pasado, marcó un cambio emocionante en el mundo del popular juego. Los fanáticos de los juegos de rol que han existido durante mucho tiempo en el páramo AAA, donde el paisaje cambia constantemente y es difícil de encontrar, finalmente están dentro del castillo y tienen el control.

No es solo Avelon, es solo el miembro más visible de la corte. Troika Games, un nombre familiar para los fanáticos incondicionales de los juegos de rol, está llegando más allá de la tumba. Sus ex empleados están dando forma a los dos juegos más importantes del próximo año: el mundo exterior y Vampiro: La Mascarada – Bloodlines 2.

El eslogan de Outer Worlds es que eres la “variable no planificada” en la ecuación corporativa, y lo mismo ocurre con los tres desarrolladores que fundaron la “Troika”: Tim Cain, Leonard Bo Yaski y Jason Anderson. A mediados de los 90, trabajaban para Interplay, una editorial poderosa pero caótica que descuidó su trabajo en un extraño juego de rol postapocalíptico. La falta de supervisión será la causa de ellos. Junto con el diseñador principal Chris Taylor, concibieron sistemas especiales, diseñaron Deathclaw y planificaron el mundo de Fallout.

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Con la finalización de Fallout, el futuro de los juegos de rol cambió para siempre, y Kane, Boyarski y Anderson se formaron de forma independiente. Reconociendo la creatividad de su colaboración, se llamaron a sí mismos “Troika” – ruso para “trío”.

El mundo de Troika cobra vida para el jugador. En un popular video de YouTube de Arcanum, la secuela steampunk de Fallout del estudio, un jugador lanza un cóctel Molotov en el centro de un club de caballeros repleto de gente. Cada NPC reacciona de manera diferente: el noble que sostiene la barra grita y corre hacia los guardias; el jugador enano se arremanga para la batalla; el elfo oscuro en la esquina solo mira. Esa reactividad se convirtió en el sello distintivo del estudio, y si tenía un nicho de atractivo en ese momento, principalmente para los veteranos de los juegos de rol que se habían cansado de la promesa de consecuencias reales en los títulos impulsados ​​por el combate, ahora es la corriente principal.

The Outer Worlds, un juego de rol de gran presupuesto de Obsidian’s Cain and Boyarsky, hizo de la reactividad el punto de venta número uno. En esta parodia de ciencia ficción del capitalismo, tus decisiones darán forma a la historia y su resultado, chocando con los ideales de tu compañero y dando forma a tu personaje a través del trauma.

Es este último punto el que más afecta a la troika. Los clanes con los que se puede jugar en Vampire: The Masquerade, el juego más memorable del estudio, están definidos por concesiones nefastas y poderosas. Los bruianos son feroces luchadores, pero la ira es su debilidad incontrolable. Los malcavianos están clínicamente locos, pero son extrañamente perspicaces. Los Nosferatu son horribles y están confinados en las alcantarillas de Los Ángeles, pero sus diferencias los convierten en expertos en sigilo y maestros de espionaje.

Esta tendencia a la minimización también se refleja en el propio estudio. Si bien la Troika ha sido elogiada por su creatividad, ninguno de sus tres jefes parece tener perspicacia comercial. La falta de contratación ha mantenido al estudio bajo presión durante casi todos sus siete años de existencia. Los desarrolladores, por otro lado, han tenido mala suerte financieramente, nunca trabajando dos veces con el mismo editor.

Ambos factores dieron lugar a una reputación falsa, que a su vez contribuyó a la desaparición del estudio después de Bloodlines: ningún editor quiere trabajar con un equipo que no puede ofrecer algo perfecto. Pero Troika se ha ganado un culto de seguidores entre los fans, que están más que dispuestos a perdonar los fallos, por destructivos que sean, para explorar un mundo profundo lleno de sorpresas. De hecho, la comunidad de modding, dirigida por el profesor de química Werner Spahl, pasó quince años arreglando y restaurando varios aspectos de Descent en mods populares.


Es con la antorcha de la Troika aún encendida que la editorial sueca Paradox está poniendo en producción Bloodlines 2, confiando en que atraerá a una audiencia leal. Se dice que la participación del escritor de Bloodlines 1, Brian Mitsoda, es suficiente para disipar las preocupaciones sobre un nuevo estudio que haga una secuela. Los instintos oscuros y el humor negro de Mitsoda aseguraron que el guión del juego original coincidiera con su estética oscura, y también definirá el juego de rol de Seattle del próximo año.

Es fácil idealizar los años de funcionamiento de Troika como una especie de obsidiana de doble fuerza: construir juegos audaces, brillantes y rotos. Pero en realidad, hoy estamos en un lugar mejor que nunca. Al final, estos diseñadores, artistas y escritores recibieron apoyo con los presupuestos que merecían sus ideas, trabajando con los editores de juegos como Kerbal Space Program y Cities: Skylines; en otras palabras, aprenden el valor del apoyo a largo plazo. Troika Games puede estar muerto, pero su espíritu sigue vivo en la locura de los Malkavian en Bloodlines 2, el sistema de fallas mínimas en The Outer Worlds y todo lo demás que hace que los futuros juegos de rol sean extraños y únicos.

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